Sabes que va a llegar algún día, pero no cuándo y no lo esperas tan pronto. Uno de tus ejemplares más queridos se marcha y te quedas solo, contemplando cómo su pareja no entiende porqué su inseparable compañero ya no se mueve y tú tampoco.

Ahora ya sólo queda seguir adelante, su pareja la olvidará pronto pero tú la mantienes en tu recuerdo, los buenos momentos, las alegrías, las sorpresas que te ha dado. Y te queda esto, el recuerdo y nada más.

Hasta siempre, vuela alto y libre.